Škoda vuelve a mirar a su pasado para avanzar hacia el futuro. En el marco de la serie “Icons Get a Makeover”, la marca checa ha presentado una reinterpretación del mítico Škoda 100, su primer modelo en superar el millón de unidades producidas. El resultado es un sedán eléctrico que combina el nuevo lenguaje de diseño Modern Solid con las proporciones y el carácter del modelo original, fabricado entre 1969 y 1977.
Aunque este proyecto no anticipa ningún futuro coche de producción, muestra el potencial creativo de los diseñadores de Škoda y rinde homenaje a uno de los vehículos más queridos de su historia.
Un icono reinterpretado para el siglo XXI
El responsable del diseño, Martin Paclt, quiso mantener la esencia del Škoda 100 sin caer en un simple ejercicio retro. La clave fue trabajar desde las proporciones del actual Škoda Superb, dando lugar a una berlina ligeramente más grande y con un enfoque más premium, casi de limusina.
Esto se refleja en superficies limpias, volúmenes amplios y un estilo elegante que respeta la silueta clásica del sedán original.
La idea más atrevida: un sedán sin luneta trasera
Uno de los rasgos más sorprendentes del prototipo es la ausencia de una ventana trasera. Paclt se inspiró en la similitud entre las ventanas delantera y trasera del modelo original y decidió reinterpretar ese paralelismo creando un plano trasero completamente carenado.
Esta decisión aporta personalidad y permite que la parte posterior adopte la misma fuerza escultórica que la parte delantera. Además, abre la puerta a soluciones técnicas inteligentes.
El espíritu del “motor atrás” se mantiene… ahora eléctrico
Siguiendo la filosofía del Škoda 100 clásico, el concept mantiene el esquema de todo atrás, esta vez con un motor eléctrico alojado detrás del habitáculo.
La ausencia de luneta facilita la integración de un sistema de admisión de aire fresco en la parte alta, apoyado por discretas tomas en las aletas posteriores. Este diseño mejora la refrigeración de los componentes eléctricos traseros, a la vez que se convierte en un sello estético distintivo.
Otros detalles técnicos:
Propulsión trasera, lo que permitió adelantar el eje delantero y reducir el voladizo anterior
Doble maletero: uno principal en el frontal y uno secundario sobre el conjunto motriz posterior, una reinterpretación moderna del “frunk”
Proporciones amplias y presencia sólida, coherentes con la plataforma del Superb actual
Škoda 100: un repaso al modelo histórico
El Škoda 100/110 fue un éxito rotundo para la marca:
1.079.708 unidades producidas entre 1969 y 1977
Motor trasero 1.0 y 1.1 litros de 35 a 46 kW
Líneas equilibradas y soluciones prácticas como los asientos abatibles totalmente en versiones L
Considerado un coche accesible, pero no un bien común en la época
La reinterpretación moderna captura ese espíritu de sencillez funcional, pero lo adapta a la visión eléctrica y tecnológica actual.
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Automobile Magazine-Spain






































































































