Mazda siempre ha ido un poco a su bola dentro de la industria. Cuando unos hablaban de downsizing, Mazda hacía motores de más de dos litros de cubicaje. Cuando otros hablaban de electrificación, ellos lo hacían de hibridación ligera o incluso de mecánicas diésel de seis cilindros.
Hace unas semanas os hablamos del Mazda Vision X-Coupe, un concept que se posiciona como uno de los desarrollos más ambiciosos de la marca japonesa. Este coupé, que representa la evolución del lenguaje de diseño KODO – Soul of Motion, combina estética emocional, tecnología avanzada y una reinterpretación moderna de uno de los elementos más icónicos de Mazda: el motor rotativo.
En esta ocasión, la firma apuesta por un sistema híbrido enchufable que integra un motor rotativo turbo de dos rotores, un motor eléctrico y una batería de alta capacidad.
Desde su exterior, el Vision X-Coupe destacaba por un diseño estilizado y dinámico que refleja movimiento incluso cuando el vehículo está detenido. La fluidez de las líneas y la elegancia de sus proporciones refuerzan la filosofía KODO, donde la interacción entre luces y sombras crea una presencia poderosa sobre el asfalto. Pero su verdadera revolución comienza al hablar de su sistema de propulsión.
Mazda vuelve al motor rotativo de forma conceptual
El motor rotativo turbo de dos rotores, conocido por su suavidad y compacto tamaño, vuelve como protagonista en un contexto electrificado. Mazda ha diseñado este propulsor para funcionar principalmente como generador dentro del sistema híbrido, aprovechando su capacidad para operar a velocidades constantes con gran eficiencia. Al integrarlo con un motor eléctrico, la marca no solo recupera la esencia de su ingeniería histórica, sino que la adapta a las exigencias de movilidad del futuro.
Este conjunto híbrido enchufable ofrece cifras especialmente llamativas. El Vision X-Coupe alcanza una potencia máxima de 510 CV, lo que lo coloca entre los vehículos electrificados más potentes de su segmento. La batería le permite recorrer hasta 160 kilómetros en modo completamente eléctrico, una autonomía ideal para desplazamientos diarios sin emisiones. Cuando se combina el motor eléctrico con el motor rotativo de apoyo, el vehículo puede lograr una autonomía total de hasta 800 kilómetros, ofreciendo un equilibrio ideal entre eficiencia urbana y capacidad para viajes largos.
Otra ventaja del motor rotativo en este sistema es la reducción de vibraciones y el funcionamiento silencioso, dos aspectos que aportan comodidad y refinamiento, potenciando la experiencia de conducción. Además, el tamaño compacto del propulsor facilita una integración eficiente con el resto del sistema híbrido sin comprometer el espacio interior.
El Mazda Vision X-Coupe representa mucho más que un prototipo atractivo. Es una declaración de intenciones sobre cómo la marca visualiza el futuro de la movilidad: un equilibrio entre diseño emocional, electrificación y continuidad tecnológica. La incorporación del motor rotativo turbo de dos rotores en un sistema híbrido enchufable no solo rescata una parte esencial de la identidad Mazda, sino que la redefine en un marco sostenible y orientado al alto rendimiento, ahora bien, en una época en la que se van a penalizar los combustibles fósiles para que todos nos pasemos obligatoriamente a la electrificación, ¿de verdad merece la pena un desarrollo como este o se quedará nuevamente en un sueño nunca hecho realidad?
Automobile Magazine-Spain






































































































