El primer vehículo restaurado por el programa Chevrolet Vintage es un Omega CD con kit Irmscher de 1994, un modelo considerado como uno de los sedanes más lujosos y tecnológicos en la historia de GM.
El modelo inauguró a principios de diciembre la fase de comercialización del primer lote de diez vehículos icónicos restaurados por Chevrolet Vintage, una iniciativa creada para celebrar los 100 años de General Motors en Brasil. El proyecto va más allá de la preservación estética y se apoya en la ingeniería oficial de GM, con validación técnica y dinámica realizada en el campo de pruebas de la marca.
Omega CD 1994: lujo, ingeniería y exclusividad
Lanzado a comienzos de la década de 1990, el Chevrolet/Opel Omega conquistó a muchos en su época. El ejemplar restaurado por Chevrolet Vintage se distingue aún más por contar con el kit Irmscher, que incrementa la cilindrada del motor de 3.0 a 3.6 litros, situando al sedán en un nivel comparable al de los modelos tope de gama internacionales de aquella época.
Para lograr este nivel, todo el conjunto mecánico fue completamente reconstruido. El objetivo de la restauración fue ambicioso: devolver al modelo el aspecto de nuevo, respetando rigurosamente los estándares originales de fábrica y preservando, siempre que fuera posible, los componentes originales del propio automóvil.
Restauración completa, pieza por pieza
Cada componente del Omega fue sometido a un análisis minucioso. Las piezas en excelente estado se mantuvieron, limpiaron y revitalizaron. Los faros y los pilotos traseros fueron desmontados y recuperados, mientras que los elementos que requerían sustitución se reemplazaron por piezas originales, localizadas una por una.
A pesar de haber recorrido pocos kilómetros en su época —cuando perteneció a un alto ejecutivo del sector financiero—, el automóvil fue totalmente desmontado, hasta el último tornillo, garantizando una restauración fiel incluso de las partes que no son visibles.
La carrocería fue decapada y repintada por completo, siguiendo los estándares de acabado vigentes en la época en que el modelo se producía en la planta de GM en São Caetano do Sul.
Un interior que preserva la experiencia original de los años noventa
El interior recibió el mismo nivel técnico e histórico. El cuadro de instrumentos fue revisado, y los asientos de terciopelo fueron restaurados por un proveedor homologado, que reprodujo fielmente el tejido original de 1994.
El resultado es una experiencia sensorial poco común: además de una apariencia impecable, el habitáculo recupera incluso el aroma característico de un automóvil nuevo, reforzando la propuesta del departamento Vintage de unir lujo, nostalgia y autenticidad.
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Automobile Magazine-Spain






































































































